La mayoría de las personas quieren vivir el mayor tiempo posible. Si usted ha hecho su parte para prolongar su vida viviendo de manera saludable, es posible que tenga muchos años por delante, incluso después de llegar a la tercera edad. Sin embargo, quienes tienen la suerte de vivir una vida larga deben tomar una decisión. Tienen que decidir si quieren quedarse en casa y envejecer en el lugar o mudarse a un centro de vida asistida. La segunda opción tiene muchos beneficios que vale la pena considerar al tomar esta decisión.

Evite el alto costo de las modificaciones en el hogar

Las personas que deciden envejecer en su hogar suelen necesitar una variedad de modificaciones en el hogar para permanecer en él de manera segura. Quienes estén considerando mudarse a una residencia asistida deben decidir si el gasto y las molestias de estas modificaciones valen la pena. Una persona podría gastar mucho tiempo y dinero instalando rampas para sillas de ruedas, barras de apoyo, electrodomésticos accesibles y otras modificaciones, solo para finalmente tener que mudarse a una comunidad de vida asistida. Para muchos, ese dinero se gasta mejor en instalarse en una residencia asistida de alta calidad. Por lo tanto, todos deben pensar detenidamente sobre qué modificaciones en el hogar son necesarias, su costo y si son o no la mejor decisión financiera a largo plazo.

Disfrute de increíbles comodidades y socialización.

Si bien las personas a veces se muestran reacias a abandonar sus hogares, suelen encontrar mucha alegría en las comunidades de vida asistida. Estas instalaciones suelen ofrecer una variedad de comodidades divertidas y oportunidades de socialización, lo que puede resultar muy beneficioso para las personas mayores. Si bien cada comunidad es diferente, la mayoría ofrece comidas saludables, clases de ejercicios, fiestas y reuniones, y mucho más. En comparación con vivir solo, la vida asistida puede ser bastante agradable y puede promover un estilo de vida más feliz, más saludable y más comprometido en los últimos años.

Obtenga ayuda en caso de emergencia

Si bien los problemas de salud repentinos e inesperados pueden ocurrirle a cualquiera, son especialmente comunes entre las personas mayores. Si una persona mayor sufre una emergencia médica en el hogar, existe la posibilidad de que no reciba la atención adecuada hasta que sea demasiado tarde, especialmente si no puede llamar para pedir ayuda. Sin embargo, en un centro de vida asistida, siempre hay ayuda disponible, a menudo con solo tocar un botón.

En estas comunidades, las personas mayores tienen a alguien a quien recurrir si tienen un problema de salud o han sufrido una caída. También pueden esperar que los revisen con regularidad. El simple hecho de saber que tienen ayuda disponible y que alguien se preocupa por ellos también puede ser beneficioso para las personas mayores y puede brindarles tranquilidad a sus seres queridos.

Deja de estresarte por el mantenimiento del hogar

Un último beneficio, que a menudo se pasa por alto, de la vida asistida es que no hay que preocuparse por el mantenimiento de la casa. A medida que las personas envejecen, tareas como cortar el césped o realizar reparaciones exteriores sencillas pueden volverse difíciles. Con el tiempo, esto puede dar lugar a un jardín descuidado y posibles problemas con la ciudad o la asociación de propietarios. Sin embargo, cuando una persona se muda a una residencia asistida, estas preocupaciones pasan a ser algo del pasado. Se hace cargo de todo el mantenimiento básico, lo que permite a la persona mayor vivir sus últimos años en paz.

En definitiva, elegir una comunidad de vida asistida tiene muchas ventajas maravillosas. Dicho esto, las personas mayores y sus familias deben tomar esta decisión por sí mismas. La clave es simplemente sopesar los pros y los contras de todas las opciones y luego tomar la decisión que funcione mejor para todos los involucrados.