Si tus comidas favoritas te causan malestar a medida que envejeces, no te lo estás imaginando. Descubra por qué sucede esto y cómo sentirse mejor.

Lectura sugerida:

  • Mamá de Indiana muere por intoxicación por agua: lo que necesita saber
  • Por qué nos despertamos más temprano a medida que envejecemos: una explicación sencilla
  • Hoy aprendí sobre los accidentes cerebrovasculares de advertencia y sus síntomas clave
  • ¿Qué hace Ozempic en tu rostro? ¿Qué es Ozempic Face?

Cómo el envejecimiento afecta la digestión

A medida que envejecemos, nuestro cuerpo experimenta diversos cambios y la digestión no es una excepción. Muchos de nosotros notamos que los alimentos que antes disfrutábamos ya no nos sientan tan bien. A continuación, le explicamos por qué y cómo puede mejorar su salud digestiva.

“Los problemas intestinales pueden surgir a cualquier edad y se vuelven más comunes a medida que envejecemos”, dijo la Dra. Sara Attalla, gastroenteróloga de Inspira Health en Nueva Jersey.

Según los Institutos Nacionales de Salud, entre 60 y 70 millones de estadounidenses padecen enfermedades digestivas. Los síntomas comunes incluyen acidez de estómago, hinchazón, dolor abdominal y cambios en los hábitos intestinales, como estreñimiento o diarrea.

Comprender las causas de estos problemas digestivos puede resultar complejo, ya que a menudo son el resultado de una combinación de factores del envejecimiento y el estilo de vida.

Cómo el envejecimiento afecta la digestión

A medida que envejecemos, los nervios y músculos de nuestro tracto gastrointestinal pueden dejar de funcionar con la misma eficacia, lo que puede ralentizar la digestión y causar problemas de coordinación entre los órganos digestivos.

Por ejemplo, los músculos del esófago y los que intervienen en la deglución pueden perder coordinación, lo que conduce a tasas más altas de reflujo esofágico (ERGE), en el que el contenido del estómago regresa al esófago. La motilidad gástrica más lenta puede hacer que los alimentos permanezcan en el estómago y provocar indigestión.

“El revestimiento del estómago también puede volverse más delgado con la edad, haciéndolo más susceptible a lesiones por inflamación”, dijo Attalla.

El envejecimiento puede reducir la producción de prostaglandina, una sustancia similar a una hormona que ayuda a proteger el revestimiento del estómago y favorece la función muscular gastrointestinal. Esta reducción puede hacer que sea más propenso a sufrir gastritis y úlceras.

Luego, los alimentos pasan al intestino delgado, donde una motilidad más lenta puede provocar un crecimiento excesivo de bacterias, provocando hinchazón y diarrea, según la Dra. Sunana Sohi, gastroenteróloga de Louisville, Kentucky.

En el colon, una motilidad más lenta puede provocar estreñimiento y diverticulosis, donde se forman pequeños sacos en la pared del colon, con riesgo de sangrado e inflamación.

Las enfermedades crónicas como la artritis, las enfermedades cardiovasculares y las enfermedades metabólicas, comunes en los adultos mayores, pueden limitar la actividad física, lo que ralentiza aún más la motilidad intestinal. «Si usted no se mueve, tampoco lo hará su intestino», afirmó el Dr. Pritesh Mutha de la Facultad de Medicina McGovern de UTHealth Houston.

Los medicamentos para estas afecciones, especialmente los AINE como la aspirina y el ibuprofeno, también pueden causar efectos secundarios gastrointestinales como náuseas, estreñimiento, diarrea e incluso úlceras.

Las mejores formas de mejorar la digestión a medida que envejece

Si bien los problemas digestivos relacionados con el envejecimiento pueden ser frustrantes, existen formas de minimizar su impacto:

Masticar bien

Una buena digestión comienza en la boca. “Las enzimas salivales ayudan a digerir el almidón y la grasa, lo que reduce la carga de trabajo del tracto gastrointestinal”, afirmó Mutha. Mastique bien los alimentos para facilitar la digestión y mitigar los problemas de deglución.

Estimular la producción de saliva

La producción de saliva disminuye con la edad, lo que afecta la masticación y la deglución. Si tiene sequedad bucal, puede resultar útil utilizar un sustituto de saliva de venta libre o beber sorbos de agua entre bocados.

Consuma más alimentos de origen vegetal y menos alimentos procesados

Una dieta baja en alimentos procesados ​​y alta en diversidad de origen vegetal es lo mejor para la digestión. “Los alimentos procesados ​​pueden alterar el microbioma intestinal, lo que genera un equilibrio no saludable de las bacterias intestinales”, dijo Sohi. Las dietas basadas en plantas aumentan la ingesta de fibra, lo que mejora los movimientos intestinales.

Mantente hidratado

La hidratación es fundamental para evitar el estreñimiento, especialmente si se aumenta la ingesta de fibra. Procura beber un tercio de tu peso en onzas líquidas al día.

Mover más

“El ejercicio estimula la motilidad del tracto gastrointestinal, lo que favorece la digestión”, afirmó Sohi. Evite acostarse después de las comidas para prevenir el reflujo ácido. Caminar durante 15 minutos después de comer puede ayudar a mejorar la digestión.

Dormir lo suficiente

Dormir bien (7-9 horas por noche) es esencial para la salud intestinal y la inmunidad. La falta de sueño puede provocar inflamación en el intestino, lo que provoca síntomas gastrointestinales.

Administre sus medicamentos

Tome los medicamentos exactamente según lo recetado para minimizar los efectos secundarios gastrointestinales. Por ejemplo, tome AINE con alimentos y medicamentos supresores de ácido 30 minutos antes del desayuno. Consulte a su médico si experimenta efectos secundarios.

Cuándo consultar al médico por problemas digestivos

Incluso si sospecha que sus problemas digestivos están relacionados con el envejecimiento, es importante consultar a un médico. “No dé nada por sentado; comparta sus síntomas con su médico, ya que podría haber una causa subyacente más grave”, aconsejó la Dra. Neena Mohan, gastroenteróloga de la Universidad de Temple en Filadelfia.

Consulte a un gastroenterólogo si experimenta cambios persistentes en los hábitos intestinales, dificultad para tragar, dolor abdominal, náuseas, vómitos, pérdida de peso inexplicable o sangre en las heces.

“Dependiendo del problema, su médico puede comenzar con un análisis de sangre y recetar medicamentos o realizar más pruebas, como una endoscopia o una colonoscopia”, dijo Attalla.

Esta historia apareció originalmente en Buzzfeed.